miércoles, 20 de junio de 2007

Antonio Aguilar, gran pérdida para el arte mexicano

Con el fallecimiento de Antonio Aguilar, el arte mexicano sufre hoy la pérdida de un cantante y actor de un acervo de más de 160 películas y unos 170 discos grabados.
Aguilar, de 88 años, murió a las 23:45 hora local del martes debido a una falla múltiple ocasionada por el extremo cansancio al cual fue sometido su cuerpo en la lucha por rehabilitarlo, luego de la neumonía por la que fue ingresado en el hospital.
Ese fue el diagnóstico final del cardiólogo Jaime Arriaga, quien lo atendió desde su entrada al nosocomio hace 15 días.
Los restos mortales de Aguilar fueron trasladados a una funeraria para después recibir una misa en la Basílica de Guadalupe, ser cremados y llevados a la Catedral de Zacatecas, estado donde nació el 17 de mayo de 1919.
Conocido como El Charro de México, obtuvo en 1952 su primer rol importante en el cine, en la cinta El casto Susano.
Destacó en comedias rancheras, en las cuales interpretó reiteradamente personajes populares o históricos, incluso a Emiliano Zapata, y escribió argumentos y guiones para filmes, muchos de los cuales produjo y protagonizó.
Paralelamente, desarrolló su carrera musical dentro del género de la ranchera, con preferencia antiguas canciones de la época de la Revolución mexicana y otras de fuerte inspiración de pueblo.
Es reconocido como uno de los grandes exponentes de la canción popular mexicana de todos los tiempos, al lado de figuras como José Alfredo Jiménez, Javier Solís y Jorge Negrete.
En la década de los 80 del siglo pasado condujo un espectáculo ecuestre en compañía de su familia.
Su viuda, Flor Silvestre, también destacó en el cine y la música, en tanto su hijo Pepe Aguilar mantiene una exitosa carrera como cantante.

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